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Acumulamos una vasta experiencia de más de 20 años recorriendo los pinsapares (abeto marroquí) del Parque Nacional de Talassemtane, en el vecino reino de Marruecos. Os proponemos una apasionante y exótica experiencia por los mejores enclaves de este sorprendente espacio montañoso de la cordillera del Rif

Adaptamos la actividad al número de días que dispongáis y a la modalidad elegida:

  • Alojamiento en un hotel de Xauen, con transporte diario al inicio de ruta y regreso al finalizar
  • Travesía pernoctando en albergues de montaña

Situada al norte del Marruecos, la cordillera del Rif se nos presenta como una fabulosa cadena montañosa paralela a la costa mediterránea, de indudable belleza paisajística y con innegables similitudes geográficas a la Penibética andaluza

Tan cercana como desconocida para la mayoría de europeos, el Rif abarca una extensión de unos 20.000 km2 distribuidos entre la ciudad de Tetuán al oeste, y el río Mulaya, en las cercanías de Nador, al este. Los pobladores de este territorio hunden sus ancestros en la etnia bereber, y como tal se organizan en multitud de tribus que se distribuyen en pequeñas poblaciones asentadas en los más inhóspitos parajes serranos o en los fragosos valles que derraman sus ríos hacia el Mediterráneo: estos cortos y torrenciales; o al inmenso océano Atlántico, formando la amplia cuenca del río Querrha que viene a morir en las cercanías de  la ciudad de Kenitra.

Tanto el paisaje geológico como el vegetal es muy similar, por no decir idéntico al de Andalucía. Esta es tierra de olivos, nogales y almendros, también de huertas y pinares, aunque en las montañas hallamos extensos encinares, quejigales, alcornocales y hasta pinsapares. Sus montañas blancas, de naturaleza caliza, nos recuerdan a nuestros principales macizos calcáreos, como los de la Serranía de Ronda o Sierra Almijara, por citar algunos. La máxima altura de la cadena montañosa del Rif es el monte Tidighine de 2.452 m de altitud, ubicada no muy lejos de la archiconocida ciudad de Ketama. La zona occidental es verde y fragosa, y al igual que en Andalucía, su zona oriental es seca y con un paisaje desértico atravesado por numerosas ramblas, que no son sino un símil de las famosas y conocidas de Granada y Almería, como la del río Andarax.

Quizás por la cercanía física y la escasa distancia, esos nexos sean más perceptibles en el territorio de la Serranía de Ronda, y es que desde los primeros tiempos de la humanidad ambas comunidades han compartido los distintos avatares históricos que poco a poco  han ido modelando el carácter de sus pobladores: gentes del sur, de marcado carácter mediterráneo. Pero será durante los últimos siglos de nuestra historia cuando más se acentúen los vínculos sociales, culturales y afectivos entre las gentes y pueblos de ambas orillas. El legado andalusí está impreso en cada rincón y recodo de nuestros pueblos: blancos y de tejas morunas, de calles sinuosas, inundadas de sonidos acuosos y embriagadas de olores y fragancias orientales; en nuestras costumbres, perpetuadas en mil y un eventos como las fiestas de moros y cristianos que se celebran todavía en Benadalid, Benalauría y Benamahoma, o como el Día de las Mozas en Tolox y el festival de la Luna Mora en Guaro. Nuestras recetas gastronómicas y la cultura culinaria tiene un inconfundible sello norteafricano, basándose en los productos naturales de la tierra, como verduras, hortalizas, almendras y el oro líquido: el aceite de oliva. La repostería andaluza y serrana está marcada por la sutileza y juego de sabores heredadas de Al Ándalus; así lo evocan vocablos como alfajores, pestiños, cubiletes, hojaldres… Nuestros valles, montes y ríos han quedado perpetuados toponímicamente por la herencia bereber y a estas trazas podríamos sumar un sinfín de rasgos y peculiaridades que nos recuerdan constantemente, que han sido muchos más los momentos de convivencia que de ignorancia

Como punto de partida para conocer toda la zona, nada mejor que hacerlo desde Chefchaouen o Xauen, centro neurálgico de estas serranías. Su blanco caserío, teñido de añil, visto desde las afueras, bien podría confundirse con cualquier pueblo andaluz. Paseando por el interior de su medina, uno se retrotrae a tiempos medievales, viendo la cantidad de tiendecitas apiñadas a un lado y otro de la calle, llenas de colorido y artesanos ávidos de vender sus mercaderías. Sus callejuelas estrechas y laberínticas son ríos por donde discurren, sin lógica aparente, un enorme gentío formado principalmente por la ruidosa chiquillería. La arquitectura tradicional de Xauen y sus coquetos rincones, donde se palpa la tradición andalusí, hará las delicias de cualquier persona dispuesta a embriagarse de belleza

QUÉ OFRECEMOS:

  • Todas las gestiones con agencia especializada (20 años de experiencia)
  • Equipo de guías RF NATURA y locales
  • Botiquín
  • Seguros de accidente y viaje
  • Tramitación billetes de barco desde Algeciras o Tarifa (ida y vuelta)
  • Alojamiento y transporte en Marruecos
  • Pensión media o completa
  • Adaptamos la actividad a las necesidades del cliente

SI NECESITA MÁS INFORMACIÓN, NO DUDE EN CONTACTAR
Telf. 637 849 665 Mail. info@rfnatura.es