CAMINOS PÚBLICOS

Los caminos públicos nos permiten disfrutar de los paisajes de nuestro entorno; nos adentran en el mundo rural, en la montaña y en el litoral. Nos asoman a la historia, al patrimonio agropecuario y a las casi extintas formas de vida campesina. Recorrer los caminos públicos nos ayuda a llevar una vida sana en contacto con la naturaleza. Nos permite mantenernos en forma mediante la práctica del senderismo y otros deportes al aire libre. Nos facilita socializar con nuestros congéneres. Nos coaliga a nuestros ancestros. Recorrer los caminos agudiza los atrofiados sentidos y actúa como un eficaz antídoto al estrés emanado de la sociedad actual.

Pero veamos, en función de su uso y características, como se organizan los caminos. Según las Ordenanzas Municipales del Excmo. Ayuntamiento de Ronda, en lo que respecta a los CAMINOS RURALES, dependientes de este organismo, se clasifican de la siguiente forma:

 a) Caminos rurales para tránsito rodado de la Red Principal. Son los que conectan núcleos de población, o diseminados actuales o potenciales, con la red viaria general. b) Caminos rurales para tránsito rodado de la Red Complementaria. Son los que dan acceso a fincas agrícolas, ganaderas, forestales o de otra naturaleza, situadas en el suelo no urbanizable, para acceso y servicio de las mismas. Su anchura debe posibilitar el paso de la maquinaria necesaria para las labores agrícolas o forestales de las fincas o montes comunicados por dichas vías. c) Padrones públicos. Son caminos que dan servicio a un colectivo de parcelas y que, con independencia de su origen y en atención a su utilidad colectiva, sean catalogados por haber sido afectados en su momento al dominio público local. Con carácter general, los criterios para determinar su carácter público serán la conexión entre dos caminos de tal naturaleza, el número de parcelas y titulares beneficiarios del padrón y la longitud del mismo, todo ello apreciado en el expediente de Catalogación. d) Caminos de herradura, veredas y, sendas. Son los caminos públicos no aptos para el tránsito rodado.

Atendiendo al otro gran grupo de camino públicos, las VÍAS PECUARIAS, herederas de los antiguos viales de trashumancia que unían las tierras del norte y sur de la Península, se clasifican por su importancia y anchura de la siguiente manera

Cañadas Reales: las cuales pueden llegar a alcanzar hasta 75 metros de anchura. Cordeles: que pueden tener 37,5 metros. Veredas: que llegan a alcanzar los 20 metros y Coladas: donde se agrupan aquellas que tengan menor anchura a las antes citadas

Estas son algunos de los artículos que regulan el uso y disposición de las vías pecuarias:

Art. 2. Naturaleza jurídica de las vías pecuarias. Las vías pecuarias son bienes de dominio público de las Comunidades Autónomas y, en consecuencia, inalienables, imprescriptibles e inembargables.

Art. 5. Conservación y defensa de las vías pecuarias. Corresponde a las Comunidades Autónomas, respecto de las vías pecuarias: a) El derecho y el deber de investigar la situación de los terrenos que se presuman pertenecientes a las vías pecuarias. b) La clasificación. c) El deslinde. d) El amojonamiento. e) La desafectación. f) Cualesquiera otros actos relacionados con las mismas

Art. 8. Deslinde. 1. El deslinde es el acto administrativo por el que se definen los límites de las vías pecuarias de conformidad con lo establecido en el acto de la clasificación.

Art. 9. Amojonamiento. El amojonamiento es el procedimiento administrativo en virtud del cual, una vez aprobado el deslinde, se determinan los límites de la vía pecuaria y se señalizan con carácter permanente sobre el terreno.

Asociados a los caminos públicos hallamos diferentes infraestructuras que complementan su uso. Hablamos de descansaderos-abrevaderos, pilares, ventas, muros de piedra seca, rediles, chozas, etc, que forman parte del patrimonio indisoluble a estos viales, que hoy día, además de procurar el tránsito de ganados, actúan como corredores verdes para la flora, la fauna y las personas